Violencia Vegana

Acabemos con la tiranía de las bocas sanas en cuerpos mal alimentados. Nútrete a base de plantas y vive miles de años, en el mal.

lunes, 8 de agosto de 2011

No nos ibamos a quedar contentos solo con una, cerdos. Esta semana...

HUMMUS 
DIFICULTAD: Como Stephen Hawkins bailando con el hoola-hop.
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 40 días y 40 noches.

Perras carnívoras e hijos del Vegan Roll,

De las catacumbas del sabor vegetal, hoy les traigo a ese campesino desdentado disfrazado de hipster que es el Hummus.

El Hummus es como Juan Pablo II: le quiere todo el mundo. Es también una de las mejores maneras de, con unos ingredientes del tercer mundo (limones –yonki-, garbanzos –campesino medieval-, aceite –maricón-) conseguir un producto chic, que goza de una alta aceptación social y molón que te cagas… por obra y gracia de la túrmix. Intenta imaginarte al mayordomo en la casa de la Preysler paseándose entre los invitados ofreciéndoles una bandeja de garbanzos cocidos PIIIIII ¡Error! No computa, ¿verdad?  Ahora piensa en el mismo andoba paseando un pote de Hummus de la muerte. Perfectamente plausible. Y no deja de ser lo mismo, GARBANZOS COCÍOS, pero quedas como un señor.
Esto son Garbanzos.

Esto es hummus.

La inexplicable razón de su fama mundial la enlazamos en esta casa con la también sorprendente fama que la “dieta mediterránea” (sea lo que sea eso) ha adquirido en EEUU. ¿Qué razones han podido tener los nutricionistas americanos para pronunciarse a favor de esta dieta? A mí se me ocurren dos:

1.- Nunca han visto a los seres bajitos e iracundos que produce, en su medio natural. Porque no jodamos, criticamos la dieta anglosajona y vacilamos de la propia (tortilla de patatas, wueeeeeeeeh!), pero su dieta produce Michael Phelps y la nuestra Alvaro Vitalis y Alfredo Landas.

2.- Obra y gracia del lobby israelí.
Idealización de la Dieta Mediterránea.

Este los garbanzos ni los huele.

Además, esta rico el hijo puta. La violencia vegana os trae hoy una receta versátil y sencilla; sabemos que hay muchas versiones ahí fuera, pero nos suda los cojones: prueben esta o sufran la ira del cabrón comeplantas.

INGREDIENTES
  • 400 gr de Garbanzos
  • Un vaso del caldo de cocer los garbanzacos.
  • 2 limones pequeños.
  • Un par de chorros generosos de vinagre crianza. No pongáis Módena cabrón que esta dulzón y lo jode.
  • Medio vaso de aceite de oliva.
  • La cola de una lagartija cortada una noche sin luna en el cementerio (mwhahahaha…)
  •  3 dientes de ajo.
  • Una cucharada sopera de Tahini.
  • Una pastilla de caldo vegetal.
  • Pimentón picante.
  • Pimienta negra.
  • Comino.
  • Una rama de perejil.

Opcionales para las diferentes variedades:
  • Una lata o frasquito pequeño de Anchoas.
  • 150 gr. de champiñones.
  • 150 gr. de aceitunas sevillanas.
  • Un frasco pequeño de pimientos del Piquillo.
  • 100 gr. de espinacas frescas…
  • Mierda de tu perro, ¿yo que sé?, esta es una receta abierta, le puedes poner lo que te salga del chocho.
CONCEPTO

El espíritu de esta receta es precisamente su ausencia de concepto y su flexibilidad: el limón y el vinagre podrían sustituirse mutuamente. Las especias son intercambiables (aunque recomendamos encarecidamente la combinación comino- pimentón picante). Por último, se puede hacer hummus estándar, o hummus de sabores diversos, añadiendo ingredientes al azar al principio del proceso de batido. En esta casa hemos llegado a hacer (con éxito de público y crítica) hummus de champiñones y aceitunas, hummus de pimientos del piquillo, hummus de espinacas, hummus de anchoa y hummus de alcachofa (los he puesto por orden de “más rico” a “me lo como por compromiso”). Así que usen su puta imaginación y háganse el hummus que a ustedes les ponga burros… pero hagan el favor de, si sale rico, compartirlo en este blog, comentando la receta. Estarán ustedes contribuyendo a la difusión y consolidación de la violencia vegana en este mundo cabrón.

 PREPARACIÓN

El único dolor de huevos que te va a causar este plato es el que resulta de pasarse dos putas horas y media cociendo los garbanzos, previa puesta en remojo por al menos doce horas. No obstante son actividades pasivas, puedes cocer los garbanzos mientras estás a otra cosa y echarles un vistazo cada media hora. La única consecuencia negativa de este proceso es que no puede uno hacerse un hummus rico así de capricho, en el momento: requiere planificación, como follar con viagra.

Por tanto, tras toda la noche los garbanzos en agua con sal, los pones en un puchero con el agua a doble altura de lo que ocupen los garbanzos, una pastilla de caldo vegetal, un chorrito de aceite de oliva y algo de sal. Algunos carnívoros hijos de la gran puta aquí le pondrían un trocito de jamón y malo no quedaría, pero luego cuando les dé el ictus por el colesterol, a ver cómo le explican a los vecinos que no es por culpa de la droga.

Es cierto que se podría usar una olla exprés y tener los garbanzos cocidos en una hora, o que incluso se podrían usar garbanzos de lata y ahorrarse todas estas incomodidades, pero la diferencia va a ser la misma que hay entre follarse a Sofía Loren y follarse a Victoria Beckham (olla exprés) o a Belén Esteban (garbanzos de lata). Yo, personalmente, no veo color.

El mejor resultado se va a obtener usando agua fría y limpia (si es posible filtrada por brita, o mineral), llevándola a ebullición y después bajando a fuego medio bajo (5 en la vitro) y cubriendo. El garbanzo lechoso de hacendado probablemente tarde al menos dos horas en hacerse en estas condiciones, aunque estas cosas varían. Acuérdate de pasar cada media hora a removerlos un poco y a vigilar el caldo: asegúrate de echar más agua si baja mucho, porque vamos a necesitar como mínimo un vaso de caldo para hacer el hummus.

Una vez estén cocidos, escurre los garbanzos, y guardalos separados del caldo (Al igual que las parejas adolescentes en la habitación, si los dejas solos, los garbanzos se lo van a chupar).

En este momento estás a diez minutos de tener entre tus zarpas un hummaco que te cagas. Aun así recomendamos esperar un ratito antes de empezar, para que los garbanzos no estén tan calientes.

Ahora toca hablar de la batidora. En España, por alguna razón misteriosa (racanería ancestral y quizá gusto excesivo por la mayonesa), todavía se usa generalizadamente la batidora de mano. El problema de la batidora de mano es que hay que tener una habilidad brutal y pasarse horas y horas si quieres que algo quede bien batido. Si tienes esa habilidad, te sobra el tiempo o no te importa pasarte la tarde escupiendo pellejos después de comerte el hummus, adelante y usa la batidora de mano. Pero desde aquí, recomendamos violentamente (como si no) la batidora americana, de vaso (de casta le viene al galgo).
Tal que asina

Vamos a comenzar pues: lo primero es echar los tres dientes de ajo pelados enteros y picarlos. No olvides ponerle la tapa al vaso de la batidora o los trocitos volarán cual bandada de gaviotas por tu cocina.

El segundo paso es el más serio y el que más enjundia tiene. Aquí puedes elegir entre saltártelo (si quieres Hummus estándar) o añadir los siguientes ingredientes, en función de la variedad que quieras producir:

-          Para el Hummus de pimientos del piquillo: añade seis o siete pimientos del piquillo, y los bates junto con el ajo.
-       Para el Hummus de aceitunas y champiñones: añade los 100gr de cada cosa (aconsejamos picarlos un poco para que se batan mejor) y los bates junto con el ajo.
-          Para los demás hummus, pues lo mismo.

Considerando que has cocido 400 gr de garbanzos, yo haría lo siguiente, dividir los garbanzos que tienes en dos partes y hacer dos variedades diferentes. Para empezar recomiendo el normal (sin nada en el segundo paso) y el de pimientos del piquillo (con los seis o siete pimientos del piquillo, limpios de semillas, guarro).

Ahora llega la hora de la verdad, ya que hace falta equilibrar las cantidades bastante bien para que el hummus tenga la consistencia adecuada. Vamos a echar 200 gr de garbanzos (la mitad de lo que has cocido), un chorrito del vaso de caldo de los garbanzos, el zumo de un limón pequeño y un cuarto de vaso español de aceite de oliva. Para que la mezcla resulte rica de la muerte, es importante que los garbanzos estén bien cocidos y que la proporción de líquidos sea la correcta. Es ideal empezar añadiendo muy poquito caldo y probar. Si no se mezcla bien, dejar de batir, remover la mezcla y probar otra vez. Si sigue sin mezclarse bien, añadir un poquito más de caldo, y así. Siempre hay que añadir entre un cuarto de vaso de caldo (hummus denso) a medio vaso de caldo (hummus caldúo), nunca máis, Santo Tomáis.

Cuando este todo mezclado, añade la cucharada sopera de tahini, una cucharadita llena de comino, otra llena de pimentón picante, un poquito de perejil picado y un chorrito de vinagre crianza. Yo prefiero no ponerle sal, pero vosotros probadlo y si veis que le falta le ponéis más. ¿A mí que coño me importa lo que hagáis?

Inciso con respecto al tahini: google dice que es una crema de sésamo y yo que huele a cacahuetes; es un producto de Oriente Medio que en Cáceres solamente he encontrado en la herboristería de Pintores por 4 euros –considerando que es importado, bastante bien de precio- lo que no quiere decir que no lo haya en otros sitios. Si eres un puto cutre, puedes hacerlo sin tahini, pero es como hacer la tortilla de patatas sin huevo, que lo sepas.

Vuelve a batir todo hasta que los ingredientes estén uniformemente mezclados y la textura del hummus sea cremosa y monocolor (como la España del Partido Popular). Te acabas de currar un hummus que no se lo salta un gitano ni aunque se apellide Bubka.

Recuerda que has guardado 200 gr. de garbanzos para hacer una segunda variedad de hummus. Limpia un poquito la batidora, y vuelve a empezar desde el principio para hacer le segundo set.

Este comedor de plantas desalmado y cabrón recomienda guardarlo en un recipiente plástico (“tupper”, para monguers) y meterlo a enfriar, que frío está más rico. Te va a durar fresco (si lo mantienes en el frigo) como quieras tres días. A la hora de servirlo, no olvides hacerlo con trocitos de pan tostado y espolvoreando un poco de pimentón dulce por encima: follas seguro.
Por menos te ha caído una gayola.

Hasta aquí ha llegado su Violencia Vegana de esta semana: ágil como un anuncio de banca e igual de hijo de puta. Les invitamos a que hablen a sus amigos, en la oscuridad y entre escalofríos, de la existencia de este blog. También pásense por la receta anterior, que hemos añadido fotos.

Hasta el próximo lunes, les dejo comiendo chorizo, pizzas y otras guarrerías de perro carnívoro.

Abrazos Diodenales.

El Vegano Cabrón.

5 comentarios:

  1. http://2.bp.blogspot.com/-ygifwIZmPes/Tj_QXKKt7JI/AAAAAAAAAPk/XUtl1pz_9K8/s1600/Totally%252BHipster.jpg

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  2. Eres tremendo Jon, me he reido un montón, gracias!!!

    Por cierto, NO sabía dónde comprar tahine en Cáceres, esta tarde me llego!

    Rosana.

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  3. Hola Jon, es la primera vez que entro a tu blog y lo único que puedo asegurar es que eres un genio.

    Si te parece podemos intercambiar enlaces entre nuestras páginas,

    La mía es,

    http://la-cova-del-llop-mari.blogspot.com/

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  4. Rosana: creo que está cerrado por vacaciones. Pascual, muchísimas gracias. Ahora estoy de mudanza, pero en cuantopueda, me leo tu Blog y lo enlazo :)

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